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De aquellas melancólicas etapas en Frankfurt, las tardes y las aburridas clases del profesor de geografía, la pequeña Heidi de tanto en tanto ocupaba sus distracciones colándose en la habitación de Clara, que viendo el entusiamo de Heidi por sus coleccionables de moda, guardaba como si de un tesoro se tratase su Vogue en el último rincón de su armario. En secreto la pequeña Heidi imaginaba aquellos vestidos en ella transformándose día a día en una voguette insaciable: cogía las tupidas medias de la Rottenmayer para sus estilismos más sofisticados, las flores de los jarrones para tocados, hasta los suaves guantes de seda de los domingos para imitar a las finas doncellas que eran invitadas por el Sr. Sesemann a la hora del te. Hasta que un buen día fue sorprendida en su fechoría y fue enviada a vivir en las cocinas con un paquete de lápices y una libreta por toda diversión...
Más info: Heidi y Heidimadrid

2 comentarios:

  1. Thanks!!!
    Que graciosa la historia! No sera un poco autobiográfica no??

    1beso!!

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  2. Ummm..autobiográfico? ¡¡noooooo!! Un besooooooo

    KiSS!!

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Comentarios